петък, 3 април 2015 г.

Falsos valores en la sociedad moderna

Los escándalos, el drama y el comportamiento promiscuo: esto es lo que se vende en el siglo 21. Celebridades como Kiko Rivera en España y Azis en Bulgaria se han convertido en ídolos para los jóvenes de diferentes países.
Las revistas escriben sobre sus vidas privadas, los canales de televisión les invitan a sus shows, marcas famosas les piden anunciar sus productos... Sin embargo, lo peor es que la gente no le importa eso. Es más, a muchas personas les resulta normal.

Todo es como un círculo vicioso. Los medios de comunicación crean modelos de comportamientos que están de moda. Entonces la gente comienza a percibir esos modelos como algo interesante y emocionante y es como se crea su demanda.

Como resultado, los índices de audiencia suben y las programas de televisión siguen ofreciendo el mismo contenido. Las personas se ven afectadas fácilmente. Muchos de ellos viven vidas aburridas y hacen las mismas cosas todos los días. Cuando se van a casa por la noche, quieren ver algo diferente, alguien diferente, que no tiene miedo de oponerse a las normas sociales y de hacer cosas nuevas y locas. De esta manera, los escándalos y el drama en la vida privada de las celebridades se han conviertido en algo que admiramos y envidiamos.

Es una cuestión de valores cambiados y virtudes perdidas.  ¿Tenemos que admirar a alguien? Entonces, ¿por qué no admiramos a alguien que hace cosas para mejorar  la condición social? ¿Necesitamos más emoción en nuestras vidas? Entonces, ¿por qué no nos entusiasmamos con proyectos e iniciativas que tratan de crear un mundo mejor? ¿Por qué no vemos más shows sobre las organizaciones ambientales y las organizaciones de caridad? ¿O por qué no queremos aprender acerca de diferentes hombres de negocios exitosos que han creado productos valiosos? Ellos también tienen historias interesantes y emocionantes en sus vidas! Historias que también nos impresionarán y nos afectarán, pero de una manera positiva.

Todavía hay programas de televisión que cuentan historias como estas. Depende de nosotros si vamos a elegir estos programas y hacerlos de moda, o vamos a seguir subiendo los índices de audiencia de programas como Gran Hermano. Esta elección es importante. Nuestras mentes no son contenedores de basura.  Debemos pensar antes de decidir lo que ponemos dentro.